Si eres un inversor inmobiliario junior, la inexperiencia podría poner en aprietos tu inversión. Al punto de llevar a negativo tu rentabilidad.
Si bien todos somos principiantes cuando recién iniciamos un negocio, en la industria inmobiliaria se necesita un conocimiento mínimo para hacer movimientos estratégicos. Y esta es una de las principales cualidades de un inversionista inmobiliario.
Para esto, es importante que conozcas los errores más comunes y cómo puedes evitar caer en ellos. Si este es un tema que te interesa, quédate leyendo y toma tus precauciones si piensas incursionar en la industria de bienes raíces.
Como inversor inmobiliario, sé precavido y evita estos 6 fallos
Una inversión inmobiliaria inteligente puede entregarte un buen nivel de rentabilidad siempre que sepas mover muy bien tus piezas.
Porque no está mal que seas principiante, vamos, todos lo hemos sido. Lo que está mal es no investigar ni educarte.
Toma nota de esta lista de errores que, como inversor inmobiliario, debes evitar:
1- No investigar el mercado
¿Se puede invertir en bienes raíces sin investigar? ¡Sí! ¿Es recomendable hacerlo? ¡No!
Estas son dos realidades opuestas.
Porque claro que puedes invertir sin siquiera tomarte el tiempo de investigar el mercado inmobiliario, por lo menos, superficialmente. Ahora, ¿qué tan rentable es esta decisión? ¡Nada! La improvisación tiene un alto precio.
Tú decides si improvisas tus movimientos o ejecutas con estrategia. La primera opción podría hundir tu inversión. Mientras que, la segunda, podría transformarse en el mayor acierto que tengas a nivel de negocios.
Un buen inversionista inmobiliario se toma el tiempo de analizar el mercado, las tendencias, las estadísticas, los niveles de consumo…
En fin, conocer los sectores más competitivos para comprar las propiedades más rentables.
2- Actuar por impulso
El mercado es muy atractivo.
Sin embargo, este atributo también podría convertirse en una desventaja si acostumbras a actuar por impulso, sin detenerte a pensar en las consecuencias de los movimientos que ejecutes. Y aquí nace este error.
Cuando comienzas tu camino como inversor inmobiliario toda oferta puede parecerte tentadora. Porque quizás ya has escuchado en un par de ocasiones cuán fructíferas pueden ser las inversiones en esta industria.
Así que podrías tomar una decisión apresurada: comprar un inmueble que tiene buena pinta por fuera, pero no por dentro. Pero esto lo corroboras después de cerrar el convenio.
Y claro que puedes reformarlo, pero el retorno no será tan inmediato como habías planeado. Además, quizás pagas más de lo justo por desconocer el mercado.
Por eso, una cualidad de un inversionista inmobiliario es la objetividad. No toma decisiones por impulso, sino decisiones argumentadas.
3- Cerrarse a la asesoría
Si recién estás comenzando, no está mal que pidas consejos a profesionales que tienen más experiencia que tú en este mercado.
Tómalo como una oportunidad de aprender de los aciertos y errores de los demás para no cometerlos en el camino.
Lamentablemente, cerrarse a la ayuda profesional también es otro fallo en el que suele incurrir un inversor inmobiliario principiante. Sea porque no cree necesitarlo o porque intenta demostrar que puede tomar decisiones por sí solo, sin ayuda de los demás.
Pero si desconoces el ámbito legal, ¿por qué no preguntarle a un abogado sobre cuál es la documentación necesaria para comprar una casa? Si no sabes cuáles son las mejores ubicaciones para invertir, ¿por qué no preguntarle a un asesor inmobiliario?
En este inicio necesitarás abrir tu mente y tus oídos para tomar en cuenta los consejos que aporten a tu camino.
La decisión final solo te corresponde a ti, pero no te cierres a la idea de buscar asesoría profesional para hacer inversiones inteligentes.
4- Dar pasos sin un plan
- ¿Cuáles son tus objetivos como inversionista inmobiliario?;
- ¿en qué industria quisieras invertir y por qué?;
- ¿esa propiedad que deseas comprar es rentable?;
- ¿qué estás ejecutando para alcanzar el margen de beneficio que anhelas?
Es mucha información, sin embargo, es necesaria.
No es rentable que des pasos sin justificación. Antes de adquirir una propiedad inmobiliaria, trázate un plan que pueda argumentar cada uno de tus movimientos en el mercado.
Porque sí, el plan de inversión inmobiliaria es el as bajo la manga que te acercará a tus propósitos de negocio y, por supuesto, de vida. Defínelo ya, antes de invertir.
5- Comprar el inmueble sin analizar la ubicación
La localización de una propiedad inmobiliaria incide sobre el nivel de rentabilidad de una inversión. Porque no es lo mismo comprar una casa en una zona montañosa a comprar un piso en un área céntrica con más acceso a los principales comercios.
La ubicación, por supuesto, dependerá del público meta que quieres conquistar en función del sector en el que has decidido invertir.
Por lo que es un error comprar una propiedad dejándose llevar por su atractivo, sin siquiera analizar qué tan buena es su ubicación.
La consecuencia también dependerá del uso que desees darle: renta o venta. En cualquiera de los dos casos, puede ser más complejo que consigas a personas interesadas. Pues podrían considerar más que el atractivo, la cercanía y la accesibilidad.
6- No diversificar
Esta es una regla de oro que debe acompañarte durante todo tu camino como inversor inmobiliario.
Apostar todo tu dinero a un único sector es un fallo enorme que no te puedes permitir.
Y es que si te equivocas con ese y la rentabilidad no es la esperada, sino que se traduce en pérdidas, ¿qué harás? Te habrás quedado sin capital para invertir de nuevo. Aquí la frustración y el desespero puede jugar en contra.
Por eso, crea una cartera inmobiliaria muy diversificada. Analiza bien el mercado y decide muy estratégicamente cuáles son los sectores más competitivos para invertir.
Si no tienes un capital muy sustancioso, haz pequeñas inversiones. Pero no escojas el camino de apostar todo tu dinero a una única propiedad de la cual desconoces su valía.
¿Has cometido alguno de estos errores en tu camino como inversionista inmobiliario? No está mal caerse y aprender. Lo que está mal es repetir los errores aun cuando sabes que no es lo correcto.